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¿QUÉ ES LA TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL?

La TCC es una forma estructurada de psicoterapia que resulta de la unión entre las estrategias de modificación de conducta basadas en la ciencia conductual (o “análisis conductual”), y la terapia cognitiva, vinculada con modelos cognitivos de la psicopatología.

Los aspectos específicos de la TCC varían al implementarse con distintos pacientes, diversas características definitorias permanecen constantes. Entre ellas se incluyen:

  • Una confianza en poner a prueba la hipótesis, establecer objetivos y recopilar datos.

  • La formación de una alianza cooperativa.

  • El énfasis en el aprendizaje de nuevas respuestas a las situaciones de vida (es decir, habilidades).

  • El enfoque en objetivos concretos y observables.

  • El enfoque en cambiar reacciones actuales y futuras.

Estas características comunes muestran el papel que juega el método empírico como base de la TCC y reflejan una confianza en el modelo “científico-practicante”. Los científicos de la TCC influyen en la práctica al formular modelos específicos, con hipótesis determinadas, acerca de la etiología y mantenimiento de trastornos particulares, y al desarrollar nuevas intervenciones basadas en estos modelos. También ponen a prueba estas intervenciones con grupos de individuos. Las intervenciones de la TCC idealmente se estudian en ensayos controlados aleatorizados, considerados el estándar infalible en la prueba científica de las intervenciones.

Una característica adicional que define a la TCC es su estructura. La TCC tiende a estar más estructurada que muchas otras formas de terapia; su estructura parte del énfasis que la TCC da al hecho de aprender nuevas conductas, lo que generalmente se logra mejor a través del establecimiento de metas y la práctica de actividades específicas. la terapia involucra un equilibrio entre estructura y flexibilidad. Quizá un enfoque demasiado rígido no aborde los intereses o preocupaciones actuales del paciente y, al contrario, incremente la deserción (Hembree, Foa et al., 2003). Un enfoque demasiado flexible puede provocar la evasión de tareas terapéuticas difíciles o desagradables, pero necesarias;

En resumen, la implementación de la TCC tiene que ver con equilibrar la estructura con la flexibilidad apropiada.

El abordaje cognitivo hace hincapié en la importancia de analizar la construcción que hace el paciente de la realidad en contraposición a los hechos reales a medida que estos van apareciendo. Así, la terapia intenta revelar, a través de preguntas y experimentos conductuales, lo que el paciente cree que es real, y los patrones de pensamiento habituales que subyacen a su trastorno. Por ejemplo, a menudo, el individuo depresivo presenta una visión negativa de sí mismo, de la vida en general y del futuro; y, como resultado, duda en asumir una nueva conducta, porque teme fracasar y que ello pueda desmoralizarlo y abatirlo aún más. La terapia busca estimular una mayor concientización de los pensamientos que pueden estar modelando y alimentando esta negatividad, e introducir dudas fundamentales sobre la infalibilidad de esta forma de pensar. El terapeuta alienta el escepticismo respecto a cualquier pensamiento que incapacite al paciente y señala que como todos los pensamientos tienen consecuencias, deberían ser evaluados para comprobar si son pragmáticos o si se ajustan a los hechos.

Este enfoque se centra en un acercamiento empírico a la realidad: “¿Cuáles son las consecuencias de pensar así?,” “¿Cuál podría ser el resultado de una visión alternativa?,” o “Comparemos su pensamiento con la realidad.”

Más aún, el terapeuta cognitivo examina el significado o la falta de significado de los conceptos que van surgiendo y con los que el paciente depresivo o ansioso se flagela, incluyendo aquellos sin referente empírico alguno, tales como “persona sin valor” o “perdedor”.

La terapia cognitiva abarca, necesariamente, técnicas conductuales tales como planificación de actividades, prácticas de exposición, auto recompensas, construcción de menús de recompensas, práctica de estrategias asertivas y otras técnicas muy valiosas. La implementación de alguna de estas técnicas conductuales debe ser evaluada después de obtener las predicciones iniciales (“¿Qué piensa que podría pasar si se expone a esto?. ¿Cuánto durará su ansiedad?.